El balcón de la amiga

Era verano, plena calle corrientes de Capital Federal. con mi compañera llevábamos varios meses reviviendo la pasión de nuestras adolescencias. Por vivir en distintas ciudades había que concretar encuentros discretos en lugares comunes. Así fue que aterrizamos en el departamento de una amiga en común. Una amiga que a su vez fue condimento importante de nuestro noviazgo, ya que era la chica que gustaba de mi, pero fue la que nos hizo gancho. Siempre existió un esteriqueo. Esa noche el libido fue mas fuerte que nuestro cordura y comenzamos a besarnos y apasionarnos sin tantos tapujos delante de nuestra amiga.
El Dpto no era muy grande, un living comedor y una pieza, así que ella accedió a irse a su dormitorio para dejarnos solos.
Con mi compañera existió siempre un sex-appeal impresionante y con solo mirarnos ya sabíamos que quería el uno del otro.
La cosa fue tomando mucho vuelo y la verdad que los sonidos fueron elevándose al grado que nuestra amiga salio de su pieza y en pleno acto fue que nos pidió un poco de moderación, y sin detenernos demasiado fue que al mismo tiempo ambos miramos el balcón. Había un silla solamente, la cual fue testigo de un sin fin de momentos de sexo que jamas fueron olvidados en mis recuerdos.
Nos perdimos en el tiempo, solo nos acompañaban el ruido de los vehículos del trafico de la calle que no era poco y algún que otro grito o aplauso de algún otro balcón testigo de los vecinos.
Como así también la sorpresa de entrar al departamento de nuevo y encontrarnos con nuestra amiga esperándonos y felicitarnos por animarnos a eso incluso aun con el aliento agitado, una sobre erección total que tuve cuando le confiesa diciendo "ojala me anime un día a que alguien me coja así en publico"
La excitación de saber que te pueden estar mirando es tal que no te percatas de nada, te incita a demostrar algo que no sabes bien que es, pero fue un sesión de sexo tan fuerte tan fuerte que fue motivo de muchas masturbaciones mutuas telefónicas a la distancia.

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