Me agarraba la cabeza, la apretaba contra su sexo, mis manos acariciaban sus nalgas, con mis dedos fui escrutando en su orto, rosado y apretado, ya hablaba como toda una estrella porno, me decía que..
Aún no lo creo, pareciera surrealista, pero es totalmente cierto. En una ocasión de tantas que nos visitaba mi suegra y cuñada, sucedió algo que jamás olvidaré y que desde ese entonces tratamos de..